¿Qué son nuevas tecnologías?
Antes de realizar cualquier valoración sobre las nuevas tecnologías y su aplicación educativa, parece necesario precisar inicialmente a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de «nuevas tecnologías», habida cuenta de que puede resultar complicado tratar de expresar lo que se considera una novedad en términos absolutos. Aunque emplear el calificativo «nuevas» tal vez puede proporcionar al lector una idea aproximada del tipo de tecnologías a las que hacemos referencia (aquéllas cuyo desarrollo ha sido más reciente), esto supone enfrentarnos también a la necesidad de especificar qué avances tecnológicos o qué tecnologías pueden ser considerados lo suficientemente recientes como para verse incluidos en esta taxonomía.
La vertiginosa velocidad con la que se suceden hoy en día avances en el terreno de las TIC, especialmente en informática, telecomunicaciones y en todos aquellos dispositivos y materiales que posibilitan avances en la comunicación mediada por ordenadores (CMC), hace que recursos que hoy pueden resultar innovadores, se conviertan en tecnologías obsoletas en muy breve tiempo. Del mismo modo, y como expresábamos unas líneas más atrás, entendemos que la novedad en este contexto debería expresarse necesariamente en función de otras variables relevantes que la matizan, como la propia cultura a la que pertenecemos, las posibilidades de acceso que hemos tenido a los últimos desarrollos tecnológicos o la formación de la que disponemos para el uso de las TIC, además de otras valoraciones y criterios personales que pueden influir en esta definición[2].
Teniendo en cuenta estas consideraciones y situándonos de nuevo en el contexto de las sociedades desarrolladas, parece poder afirmarse que, cuando actualmente se hace referencia a las nuevas tecnologías educativas, ya no se tiene en especial consideración a medios como el vídeo o la televisión convencional, que hace unas décadas tuvieron un gran protagonismo en el campo de estudio de la tecnología educativa. Las nuevas tecnologías en la actualidad comprenden básicamente el estudio y aplicación de las tecnologías digitales y los sistemas de telecomunicación; es decir, ordenadores multimedia y periféricos como el escáner, las impresoras, cámaras digitales, etc., y las redes de ordenadores, cuyo máximo exponente es la red Internet. Estos medios no sólo han ampliado y mejorado exponencialmente nuestra capacidad para manejar, tratar y comunicar información y conocimiento por sí mismos, sino que además han asimilado prácticamente todos los demás recursos que ahora se integran en ellos.
El ordenador multimedia podría ser definido en la actualidad como un macromedio dentro del cual se integran todos los demás. La fotografía, la televisión, el teléfono, el vídeo, el diseño gráfico o la composición musical tradicionales, por citar algunos ejemplos, han pasado por el tamiz de las tecnologías digitales ampliando sus posibilidades educativas en su versión digital.
El paradigma de las tecnologías de la información
La clave del éxito de la versión digital de los recursos tradicionales y de los formatos propios que manejamos en los ordenadores y las redes, se encuentra en que la digitalización de la información (su transformación en cadenas de unos y ceros interpretables por los microprocesadores que se encuentran en el interior de los ordenadores), hace posible que ésta pueda ser almacenada, modificada y transferida sencillamente, superando de este modo muchas de las limitaciones que los formatos analógicos tradicionales presentaban en este sentido. La digitalización de textos, imágenes y sonidos abre nuevas posibilidades de acción porque rompe la primacía tradicional del formato analógico de la información. El formato digital que manejan y almacenan los ordenadores ya no es semejante a su representación original, como sucedía en el formato analógico, porque el lenguaje máquina (las cadenas de ceros y unos que mencionábamos anteriormente) tiene una estructura totalmente diferente de la de los lenguajes analógicos naturales. Sin embargo, evidentemente, este formato digital de la información que manejan los ordenadores puede recomponerse y reproducirse en imágenes y sonidos analógicos (y por lo tanto comprensibles por nuestros sentidos), con la ventaja de que la información digitalizada puede ser manipulada recursivamente mediante algoritmos matemáticos rápida y eficientemente por los ordenadores, y ser enviada después hacia lugares remotos a través de la red con toda facilidad y prácticamente sin limitación alguna.
En este sentido puede afirmarse que los formatos digitales multimedia y las redes de ordenadores han supuesto un salto cualitativo tanto en el modo de almacenar, mostrar y compartir información, haciendo uso intensivo de textos, imágenes estáticas y en movimiento y sonidos que han sido previamente digitalizados de forma combinada, como en el modo de movernos a través de dicha información. La secuencia lineal que estábamos acostumbrados a seguir tradicionalmente en los libros de texto ha derivado también hacia otras formas alternativas de navegar a través de los datos en función de nuestros intereses merced al hipertexto y los hipervínculos.
Características diferenciales de las tecnologías de la información
Estamos convencidos de que las características diferenciales propias de cada recurso educativo del que disponemos en una situación particular (sea éste un libro de texto convencional, un DVD o una página web educativa) pueden ser aprovechadas convenientemente en beneficio de nuestros alumnos dentro de las aulas siempre que se empleen con un criterio pedagógico adecuado. Sin embargo, situándonos al margen de otras particularidades características puntuales de estos medios digitales que constituyen las nuevas tecnologías, lo que a nuestro criterio les proporciona una mayor capacidad de acción respecto de otras tecnologías que las precedieron y les confiere un gran potencial educativo y transformador es que, al margen de su aplicación instrumental, las TIC, como afirma Castells (1997: 58), no son sólo herramientas que aplicar sino también procesos que desarrollar, de manera que mediante estos medios los usuarios y los creadores de información pueden convertirse ahora en las mismas personas, tomando así en cierto modo el control de la tecnología, como podemos observar que está sucediendo con frecuencia en el caso de la red Internet.
Así, la característica diferencial propia de las TIC que manejamos en la actualidad que las distingue especialmente en cuanto a nuestras posibilidades de acción respecto de otros medios y recursos didácticos tradicionales, haciendo más necesario si cabe su estudio y aplicación práctica dentro de la escuela, es su capacidad para ampliar exponencialmente su alcance y potenciar su dimensión socioeducativa al ser apropiadas y redefinidas activamente por profesores y alumnos. Ésta es la virtud más destacable de los medios digitales en su conjunto: brindar a los usuarios la oportunidad de crear, modificar, distribuir, compartir y reinterpretar activamente la información y el conocimiento de un modo que no presenta las limitaciones de los medios analógicos tradicionales. A nuestro criterio, este potencial mediático correctamente canalizado en las aulas puede realizar interesantes aportaciones al proceso didáctico tradicional y trasciende por completo el valor instrumental de la tecnología educativa.
Cinco rasgos característicos del paradigma de la tecnología de la información
Nos gustaría reflejar aquí los cinco rasgos característicos expresados por Castells (1997: 88-89) de lo que ya ha sido definido por los expertos como el paradigma de la tecnología de la información, porque entendemos que su lectura puede contribuir sin duda a una comprensión adecuada de la incidencia y repercusión que las TIC han tenido en las últimas décadas en el conjunto de la sociedad actual y, consecuentemente, también hacernos reflexionar sobre el modo en el que las escuelas pueden contribuir a asimilar estos cambios con un mayor conocimiento de causa:
- La primera característica del nuevo paradigma es que la información es su materia prima: son tecnologías para actuar sobre la información, no sólo información para actuar sobre la tecnología, como era el caso en las revoluciones tecnológicas previas.
- El segundo rasgo hace referencia a la capacidad de penetración de los efectos de las nuevas tecnologías. Puesto que la información es una parte integral de toda actividad humana, todos los procesos de nuestra existencia individual y colectiva están directamente moldeados (aunque sin duda no determinados) por el nuevo medio tecnológico.
- La tercera característica alude a la lógica de interconexión de todo sistema o conjunto de relaciones que utilizan estas nuevas tecnologías de la información. La morfología de red parece estar bien adaptada para una complejidad de interacción creciente y para pautas de desarrollo impredecibles que surgen del poder creativo de esa interacción. Esta configuración topológica, la red, ahora puede materializarse en todo tipo de procesos y organizaciones mediante tecnologías de la información de reciente disposición. Sin ellas, sería demasiado engorroso poner en práctica la lógica de interconexión. No obstante, ésta es necesaria para estructurar lo no estructurado mientras se preserva su flexibilidad, ya que lo no estructurado es la fuerza impulsora de la innovación en la actividad humana.
- En cuarto lugar y relacionado con la interacción, aunque es un rasgo claramente diferente, el paradigma de la información se basa sobre la flexibilidad. No sólo los procesos son reversibles, sino que pueden modificarse las organizaciones y las instituciones e incluso alterarse de forma fundamental mediante la reordenación de sus componentes. Lo que es distintivo de la configuración del nuevo paradigma tecnológico es su capacidad para reconfigurarse, un rasgo decisivo en una sociedad caracterizada por el cambio constante y la fluidez organizativa. Cambiar de arriba abajo las reglas sin destruir la organización se ha convertido en una posibilidad debido a que la base material de la organización puede reprogramarse y reequiparse. Sin embargo, debemos evitar un juicio de valor unido a este rasgo tecnológico. Porque la flexibilidad puede ser una fuerza liberadora, pero también una tendencia represiva si quienes reescriben las leyes son siempre los mismos poderes.
- Una quinta característica de esta revolución tecnológica es la convergencia creciente de tecnologías específicas en un sistema altamente integrado, dentro del cual las antiguas trayectorias tecnológicas separadas se vuelven prácticamente indistinguibles. Así, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la optoelectrónica y los ordenadores están ahora integrados en sistemas de información.
Estudio en línea la carrera de Psicología Organizacional en la UTEL y tratan de que los grupos no sean más de 30 para focalizar la atención, y la interacción es mayor porque participas en foros de discusión en donde todos deben participar. Así que, la relación consejero-alumno-profesor es más fuerte. ¡Saludos!
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